Sé agradecido y verás cómo tu felicidad se multiplica

La palabra gratitud proviene de la palabra “pensar” y, de hecho, solo puede ser agradecido aquel que sabe pensar.

Te preguntarás ¿Qué debo agradecer?

Pues bien, el Talmud de Babilonia exige de la persona que no piense solo en lo bueno, sino también en las cosas malas que le han ocurrido. 

Dirige tus pensamientos a lo que Dios, el Universo, el Ser Supremo te ha regalado, has memoria y siéntete agradecido por tu vida.

Sé agradecido y verás cómo tu felicidad se multiplica

No seas como los desagradecidos, aquellos que no piensan en los dones que han recibido, que no se detienen a pensar en la historia de su vida.

Da gracias en todo momento, en la madrugada de cada día de tu vida, al salir el sol en tu corazón, a media mañana, al mediodía, al atardecer, en la noche, toda tu persona ha de ser una gozosa acción de gracias. 

Cuanto más profundices en la generosidad y las muestras de amor del Creador, del Ser Supremo o del Universo contigo, tanto más sentirás la necesidad de ser agradecido; porque cuando dices “gracias” estás asegurando más y mejores beneficios.

Cuando das gracias a Dios, al Universo o al Ser Supremo, no las das a Él sino que las recibes de Él. A través del agradecimiento, tu corazón respira, por eso, no es suficiente con que tu boca diga “gracias”, sino que lo ha de sentir tu corazón, tu persona, toda tu vida.

Debes vivir el agradecimiento de una forma tan profunda y personal que tu forma de ser y de actuar sea el mejor y más elocuente agradecimiento, y una muestra de total felicidad.

Has de ser agradecido por principio, por convencimiento, en todo momento, cuando las cosas vayan viento en popa y cuando todo parece salir al revés, cuando estés sano y cuando estés enfermo, en el amanecer de tu vida y en el atardecer, cuando tu existencia declina.

Agradece cuando brilla el sol y cuando la oscuridad se cierne sobre ti, cuando todos te quieren y te admiran, cuando pareciera que todos te ignoran, en las alabanzas y en las críticas, en tus éxitos y en tus fracasos.

Que la consigna de tu vida sea ser agradecido siempre y en todo lugar, a pesar de todo, pase lo que pase.

Porque la gratitud cambia tu forma de pensar y te permite reconocer un sentido en las experiencias negativas que has vivido y así podrás darte cuenta que ellas te han hecho más fuerte; por lo tanto, al cambiar tus pensamientos, dejan de despertar en ti los pensamientos malos que te hacen sentir descontento y te torturan.

Al cambiar, esos pensamientos negativos gracias al agradecimiento, puedes vivir tu presente, sentir la felicidad que te puede producir cada instante de tu vida, cada encuentro, cada desencuentro, cada sonrisa, cada conversación, cada labor, cada dinero que obtengas.

Puedes ser feliz compartiendo tu agradecimiento y tus logros con quienes te rodean, con tu familia, con tus amigos, con tus conocidos y con todo aquel que se cruce en tu camino de vida.

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