Presta atención y serás feliz

La buena vida comienza cuando prestamos atención. Para ello es preciso que te cuides a ti mismo porque de lo contrario te pierdes en la tumba de tus miedos y de tu oscuridad interior.

Debes prestar atención a cada instante de tu realidad y de tu propio ser, solo así vivirás de manera consciente y podrás descubrir la riqueza de tu vida.

Por eso, cada día, al levantarte, toma partido por ti mismo y dedícate a superar los inconvenientes de ese día y a disfrutar los ratos o instantes de luz y felices con los que te encuentres; porque la atención vence no solo el miedo sino también el estupor.

Presta atención y serás feliz

Así, estarás consciente de que en lo sencillo y en lo pequeño, se manifiesta la luz, la verdad, la felicidad.

Ver el sol salir al amanecer, disfrutar del olor y los sonidos de la naturaleza, sonreír al ver la sonrisa de un niño, llorar al ver la mirada triste de un anciano solitario, el azul del cielo despejado o la oscuridad del cielo cuando anuncia tormenta, son instantes en los cuales se manifiesta la felicidad.

Presta atención a aquella persona que te habla, porque puede que le ayudes a salir de un estado de tristeza o depresión, y ayudando a otros descubrirás que tú también puedes ser feliz, que tu compañía puede brindar bienestar a otras personas y eso te genera satisfacción.

Comienza desde la mañana cuando te levantes, presta atención a ti mismo, a tus rituales al bañarte, porque al prestar atención a tu limpieza personal también podrás limpiar tanto las proyecciones que otros hacen de ti como las imágenes que tienes de ti mismo.

Lava, limpia lo borroso que hay en ti para que surja esa imagen clara y original que tu Creador se ha forjado de ti y así te vuelvas permeable a la belleza que debe brillar en ti.

Luego, cuando salgas de tu casa, vayas para donde vayas, sigue tu camino con atención, para que puedas experimentar los otros significados que tiene la palabra “andar”, como emigrar de las dependencias, seguir caminando en la senda de la transformación interior y dirigirte hacia la meta de tu vida.

Cuando realizas todas tus actividades con atención, ellas te van revelando su auténtico sentido, y podrás percibir de una manera más profunda, no solo a las personas y a las cosas que te rodean, sino a ti mismo y tu entorno.

Y al apreciarlas y apreciarte, finalmente verás con los ojos abiertos la verdad que reside en cada persona con la que cruzas y en cada cosa que observas, y esa verdad descubierta no es más que el prestar atención al presente, disfrutar ese momento, cada vivencia, cada caída y cada recuperación.  

Solo viviendo el presente puedes ser feliz, porque tu mente estará en el aquí y ahora y no divagando entre el pasado que no puedes cambiar ni en el futuro que no puedes controlar.

Vive atento al presente y serás feliz.

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